domingo, 19 de noviembre de 2006

Experiencia Divina

Este es un fragmento de un libro "En busca del ser" del psicólogo Stanislav Grof.

"Mi primera sesión con LSD fue un acontecimiento que ha tenido consecuencias que han cambiado mi vida profundamente a nivel personal y profesional. Tuve un encuentro extraordinario: me enfrenté con mi psiquis inconsciente. Instantáneamente perdí el interés en el psicoanálisis freudiano, ya que ese se día marcó para mí el comienzo de un distanciamiento radical del pensamiento psiquiátrico tradicional. Tuve una fantástica variedad de visiones muy vividas; algunas abstractas y geométricas, otras figurativas y llenas de significado simbólico. También sentí una sorprendente gama de emociones con una intensidad que jamás había creído posible experimentar. No podía creer lo mucho que había aprendido de mi psiquis en esas pocas horas. Un aspecto de mi primera sesión merece ser mencionado, ya que sus implicancias iban más allá de la conclusión psicológica: mi preceptor en la facultad estaba muy interesado en estudiar la actividad eléctrica del cerebro, y su tema favorito era la exploración de la influencia de distintas frecuencias de luz intermitente en las ondas cerebrales. Acordamos monitorear mis ondas cerebrales con un electroencefalograma, como parte del experimento. Fui expuesto a una fuerte luz estroboscópica (esa luz que en las discos hace parecer que todo sucede en camara lenta) entre la tercera y cuarta hora de mi experiencia. En el momento previsto, una asistente me llevó a una habitación pequeña, colocó con cuidado electrodos sobre mi cuero cabelludo y me pidió que me recostara y cerrara los ojos. Luego ubicó una enorme luz estroboscópica sobre mi cabeza y la encendió. En ese momento los efectos de la droga estaban culminando, y esto sobredimensionó el impacto del estroboscopio: me golpeó una luz radiante comparable al epicentro de una explosión atómica, o quizás la luz de un brillo sobrenatural que, de acuerdo con las escrituras orientales, aparece ante nosotros en el momento de la muerte. Esta descarga me catapultó fuera de mi cuerpo. Dejé de percibir a la asistente y al laboratorio, luego a la clínica psiquiátrica, después a Praga y, finalmente, al planeta. Mi conciencia se expandió a una velocidad inconcebible y alcanzó dimensiones cósmicas. En la medida en que la joven asistente fue cambian do la frecuencia del estroboscopio arriba y abajo en la escala, me hallé inmerso en un drama cósmico de proporciones inimaginables. Viví el Big Bang, pasé por agujeros negros y blancos del universo, me identifiqué con supernovas en explosión y fui testigo de muchos otros fenómenos extraños que parecían ser pulsares, quasares ‘y otros acontecimientos cósmicos. No cabía duda de que la experiencia que estaba viendo era muy similar a las que conocía por la lectura de los más importantes escritos místicos del mundo. Aunque mi mente estaba muy afectada por la droga, yo era capaz de ver lo irónico y paradójico de la situación. Lo Divino se manifestó y me tomó, en un laboratorio moderno en el medio de un experimento científico serio llevado a cabo en un país comunista con una sustancia producida en un tubo de ensayo de un químico del siglo veinte. Salí de esta experiencia tocado hasta lo más íntimo e inmensamente impresionado por su poder. En ese momento no creía, como lo hago ahora, que la posibilidad de vivir una experiencia mística constituye un derecho natural de todo ser humano; lo atribuía todo al efecto de la droga. Sentí que el estudio de los estados alterados de conciencia de la mente en general, y de aquellos inducidos por psicodélicos en especial, era por mucho el área más interesante de la psiquiatría, y decidí que se convertiría en mi especialización. Me di cuenta de que, en circunstancias adecuadas, las experiencias psicodélicas —mucho más que los sueños, que juegan un papel tan crucial en el psicoanálisis— son, en verdad, lo que Freud llamaba “un regio camino hacia el inconsciente”.

Psicólogo transpersonal.

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No creo que haya muchas personas de acuerdo con el psicólogo, pero aun asi hay que tomar en cuenta lo que dice.
Según el diccionario de la RAE mística significa:

mística:

1. f. Parte de la teología que trata de la vida espiritual y contemplativa y del conocimiento y dirección de los espíritus.
2. f. Experiencia de lo divino.
3. f. Expresión literaria de esta experiencia.

Como dice el doctor todo humano tiene derecho a una experiencia divina, de una u otra forma muchas de las religiones mas antiguas consumian alucinojenos para encontrarce con sus dioses, entonces, ¿por que el humano del siglo veintiuno no puede hacerlo? no estoy diciendo, y dudo que el doc lo haga, que se anden drogando, pero no esta mal experimentar.
Todo humano tiene derecho a la persepcion inequivoca de la vida, basada en las propias experiencias y por su propia busqueda a través de meditacion o experimentacion.

Todos tenemos derecho a encontrarnos y conocernos.

2 Comments:

At 5:40 p. m., Anonymous Anónimo said...

Ta wena la wea wn...

t encuentro toa la razon, onda ta bien experimentar weas, la wea es no volarse con la wea, o x ultimo darle d vez en cuando...

debe ser la zorra el LSD!!!

cuiate wn!!ta weno el blog!!


xau^^

 
At 10:14 p. m., Anonymous Anónimo said...

que exotico

 

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